Hace tiempo, en otra entrada diferente, hablé por primera vez de esta idea. Aunque ahora, echando la vista atrás, creo que aquello fue muy light. La idea no estaba del todo madura y tenía flecos que me ponían contra las cuerdas de la contradicción. Ahora parece que por fin le he dado una forma coherente, pero os advierto que muy posiblemente no estéis de acuerdo conmigo. Leed bajo vuestra propia responsabilidad.
Hay tres grandes cosas que pienso del Amor. La primera de todas la voy a explicar en esta entrada, pero en un futuro espero continuar con las otras dos restantes.
Fidelidad Vs Lealtad
Parto de la base de que creo que nuestra esencia la componen nuestros pensamientos (que a su vez dan forma a nuestro carácter), y de que los seres humanos contamos con un extraordinaria capacidad para sentir amor. Parto también de la diferenciación fundamental entre fidelidad, acción que considero impuesta desde fuera; y lealtad, que representa el acto consciente, la elección.
La fidelidad en el amor, en tanto que es algo que te imponen, representa todas aquellas acciones de las que tanto hemos leído, observado, o sido víctimas reales de ellas. Si alguien es infiel en una relación amorosa significa que no ha guardado la "debida" (nótese mi sarcasmo) abstinencia. La fidelidad representa la exclusividad en una relación, la represión porque, según dicen, merece la pena ese tipo de sacrificio por el ser amado.
La lealtad, por el contrario, es la libre elección del respeto. Representa la voluntad consciente y racional de una persona al tomar la decisión de permanecer del lado de esa otra persona con la que comparte un vínculo amoroso. Significa defensa, apoyo, respeto.
Y ahora, una vez definidos los conceptos, mi forma de pensar es la siguiente:
- No entra dentro de mi idea de relación obligar a nadie a mostrarse fiel para conmigo. Querer controlar los pensamientos de una persona es repugnante, y si esa persona no es capaz de "ser fiel" a través de su esencia, de su yo más profundo y real, no tengo ningún derecho a intentar borrar su secuencia de pensamiento y querer escribir encima otra nueva: la mía (en el supuesto de que yo creyese en la fidelidad, claro).
- No tengo, además, ningún derecho a pedirle a ninguna persona que vaya contra sus instintos más básicos. Si en un momento determinado siente deseo sexual hacia otra persona, ¿por qué exigirle o incluso amenazarle para que refrene su comportamiento? ¿Es acaso esa persona un objeto de mi propiedad? Lo que es más, ¿es acaso esa persona un objeto para que yo pueda atribuirme su posesión?
- Desde luego, sin una pizca de lealtad hacia la otra parte implicada, no vale la pena iniciar ningún tipo de relación. Ninguno.
- Ya que el concepto de lealtad no implica por ninguna parte exclusividad, tampoco tengo ningún derecho para interponerme entre los sentimientos que la otra persona implicada en una relación amorosa conmigo pueda desarrollar para con terceras personas. Esto quiere decir que, mientras siga teniendo ese tipo de sentimiento hacia ti y te sea leal, no importa hacia quién más lo profese. Dado que las personas no somos perfectas, no podemos ofrecerlo ni esperarlo todo de otra persona. Buscamos en muchas personas las diferentes cosas que nos completan a nosotros mismos. Esta idea se aplica también aquí de semejante forma.
Creo que no me dejo nada en el tintero. Si lo hago, usaré esa fantástica herramienta llamada "Editar".