15/1/10

Shinet

Hasta hace bien poco pensaba que a lo máximo que podía aspirar una persona como yo, en lo que a cuestiones de animales de compañía respecta, era a contentarse con haber podido tener un periquito y un hámster.
No me malinterpreteis, a mi periquito Greeny ("Grini", que pretendía ser algo así como "verdecito", pero en realidad el único término inglés que se le acercaria sería Greenish... mi madre y el inglés, que se llevan fatal) a mi periquito le quise muchísimo y casi no me lo pude creer cuando descubrimos que los gorriones del patio de mi casa le habían ayudado a abrir la jaula y escapar... Me pasé una buena temporada mirando a los malditos pajarracos con el ceño bien fruncido y dejando de echarles migas de pan, pero, por muy atenta que estuviese, Greeny nunca volvió. Al hámster le ocurrieron tres cuartos de lo mismo; apenas había estado en casa un tiempo cuando nos dimos cuenta de que mi hermano tenía alergia a los ácaros y tuvimos que devolverlo a la tienda. Se llamaba Jerry, como el de los dibujos.

Hasta hace bien poco eso era lo que pensaba, pero la vida volvió a pegar un brinco el verano de mi decimo octavo cumpleños. En julio de 2009 mi tía Macarena me hizo un regalo que jamás olvidaré: un precioso gatito blanco con un brillo inteligente en la mirada.



La historia de Shinet es muy interesante, por eso me he permitido aplazarla tanto tiempo. Yo era una primeriza en esto de los gatos cuando me lo regalaron, así que decidí esperar hasta tener algo más de práctica y material para hacer una entrada contundente. Después de todo, pienso que no se merece menos.

La historia de cómo este gatito fue a parar a mis brazos comienza con una calurosa tarde de julio en Galicia. Como siempre, el pequeño comando de aventuras que teníamos montado entre tíos, primos y sobrinos decidimos bajar al pueblo a tomarnos algo fresquito en alguno de los muchos bares de allí. Armados con chaquetas a la cintura, un par de cámaras de fotos y la indispensable mochilita de los Akatsukis (mereció la pena comprarla, va para dos años de infatigable uso) en la que guardar monederos, psp, nintendos ds, móviles y demás... nos pusimos en camino todos juntos y en armonía. El viaje fue como los otros viajes: mismo recorrido, diversión, conversaciones, risas y bromas para parar un tren. Y, sin embargo, tuvo algo de peculiar, puesto que ahí fue donde mi tía propuso la idea de un gato como regalo de cumpleaños. Como parece que mi madre tiene ojos en todas partes y sabe qué se cuece en cualquier momento y en cualquier lugar, su repentina llamada me sirvió para plantar en ella la semilla de la duda... ¿De verdad era tan malo permitir que tu hija de dieciocho años se hiciese cargo de un animal, que, por otro lado, te encanta? A los pocos días saboreé el sí de la victoria, puesto que mi padre había cedido anteriormente, ella terminó cayendo también. Y nos pusimos a buscar gatito.

Mis tíos viven en una "urbanización rural", un sitio de mucho campo y unas cuantas casas repartidas por el camino que describe la carretera. Allí todos se conocen y nos ayudaron de buena gana a buscar en los caseríos alguna gata que hubiera alumbrado a sus cachorros hacía poco. Buscamos, buscamos, buscamos... pero los gatitos parecían haberse esfumado, ser demasiado pequeños, o haber sido adoptados por otras personas. Hasta el último día, a menos de cuatro horas de que mi tren saliese para Madrid, no dimos con uno.
El chico del bar habitual de por allí, el "Heisland" (no tengo ni idea de cómo se escribe, se pronuncia Jeiseland), me dio la sorpresa de mi vida cuando le vi aparecer con un transportín de gato... y el consiguiente felino dentro. Después de haber abandonado toda esperanza fue como si de repente se hubiesen abierto los cielos y sonase una música celestial que, extrañamente, sólo yo alcanzaba a escuchar.
Ese fue mi primer contacto con Shinet.


Dos mesecitos, ese oso de peluche era más grande que él.


Después, y como las prisas de última hora son algo que me caracterizará para siempre (... ya lo tengo asumido), fuimos a todo correr a un veterinario, a comprar un transportín y salimos pitando para la estación.
El trayecto en tren lo hicimos sin separarnos el uno del otro, y se portó genial. Llegamos a Madrid y... bueno, y hasta hoy.

Ahora ya está harto de mí y se esconde.


Como colofón final, me gustaría contaros el origen de su nombre, o sea, de dónde narices sale la palabra "Shinet"...

Fueron muchos los nombres propuestos, aportados por tíos, primos, por mis padres y por mi hermano...
En un principio fueron "Servi", de servilleta... (ein?! o.o),
"Bico" (de besito en gallego), "Fígaro" (mi madre y sus ocurrencias para un gato del que nada más llegar se pensó que fuera mudo), y luego los típicos "Bigotitos", "Zarpitas", "Manchita" (por el mechón grisáceo en su pelaje), y un largo etc...
Sin embargo, por aquella época mi hermano veía un programa llamado Galactik Football, una serie tipo Oliver&Benji, no-manga y que contaba con un enfoque decididamente mucho más futurista. Dicha serie narraba las aventuras que vivía un equipo, los Snow Kids, para conseguir hacerse con la copa Galactik Football. Cada equipo contaba con una esencia característica, especifica del planeta al que se perteneciese, que, una vez liberada en el campo de juego, concedía determinadas características especiales al jugador.
No me pregunteis por qué, pero al final yo también terminé enganchada a la dichosa serie. Tenía una trama interesante más allá de ser simple fútbol, y hay que admitir que algunos partidos eran espectaculares. Gran parte de culpa de que terminara tragándome los veinticinco minutos de serie diaria la tuvo este maravilloso tipo:



Antiguo miembro de los Snow Kids, abandonó el equipo para pasar a formar parte de los Shadows. Es el eterno rival de D'jock ("Yock", el pelirrojo de atrás), borde, pagado de sí mismo y totalmente entregado a la causa de ganar. Se unió al equipo de Artegor Nexus (el entrenador) y cambió su fluido original (recordad que él era del planeta de los Snow Kids) por el fluido de estos seres.
¿Que cómo se llama? En un principio pensé que su nombre era Sinedd, pero tras consultar la página web oficial de la serie (francesa, por cierto) he averiguado que se escribe Sinedo.
Como por aquella época andaba yo buscando inspiración para crear más personajes que meter en la Saga del Pasado de Shinichi, me quedé con el nombre, totalmente enamorada de él. Pero como no sabía si era con "t" o con "d" al final, decidí reinventarlo a mi manera. Me pasé un par de días escribiendo combinaciones en un papel, pronunciándolas todas y haciendo que mi hermano se hartara de tanto oírme pronunciar el nombre del rival de su equipo favorito (¡mi hermano siempre va con los buenos!)
El nombre se quedó ahí, esperando pacientemente que inventara un personaje a la altura...

El día antes de mi partida a Madrid comencé a escribir la primera parte de dicha Saga (que podéis encontrar aquí) y esbocé los primeros rasgos del carácter de Shinet. Me gustó lo que escribí y la admiración por el nombre no disminuyó, así que en cuanto vi al que sería mi gato... tuve claro que ese nombre lo había creado para él. Con lo vaga que soy, ¿cómo es que de repente me dio por ponerme a recolocar letras para inventar una pronunciación chula?
Y es que sólo una cosa podría haber hecho que moviese el culo del sofá en vacaciones:

¡El destino!





2 comentarios:

Reika dijo...

Ainsss que cosita más mooona *__*. No sabía que el origen de su nombre venía de ahí, y eso me ha recordado que yo también vi Galactik Football, además fue cuando la estrenaron en España jeje.
Un besito

Niwa dijo...

¡Vaya, por una vez no soy la primera en comentar n.n!

Ya sabes que los gatos nunca me han hecho mucha gracia, sobretodo cuando me veo expulsada de tu casa por su culpa >.< (donde haya perritos como los míos.. cofcof).

Sin embargo, el nombre mola, aunque sigo manteniendo que Xbox era mejor. Y como no, yo también vi Gallactik Football por el vicio de mi hermano, aunque a mi nunca me llamó la atención.

Ya sabes, te quiero mucho y si no fuese por esos horribles y crueles trabajos pendientes me pasaría el día pendiente de tus esporádicas actualizaciones (a ver si recuperamos el ritmo, eh?)

Besos!