8/3/12

Light breaks where no sun shines


El otro día sucedió algo extraño. Mientras deslizaba los dedos a toda velocidad por el teclado, metiendo, con ese conjunto de gestos tan simples, una retahíla de pensamientos que debían dirigir el script que estaba construyendo, sumergida, en otro plano de mi cerebro, en un millón de páginas, a la zaga de los restos de información útil que me faltaba por recabar... sentí la mordedura de la apatía. O más bien, para ser más exactos, no sentí nada. ¿Cómo es posible? me pregunté, asustada, ¿cómo es posible que esto no me haga sentir nada? Porque os aseguro que era una labor bien jodida, de esas que te matas a depurar, con las cuales la solución suele aportar una buena dosis de hiperactivo placer y autoestima (o más bien deberíamos decir ego... que ya no es una mundana autoestima), pero no me aportó nada. Sólo me sentí cansada.

Durante dos días (o quizá sólo haya sido uno muy largo), pensé que esa codificación que estaba llevando a cabo estaba maldita. No iba a disfrutarla. La apatía con que mis ojos la miraban, con que mis dedos la moldeaban... nuestros mundos se habían convertido en rectas paralelas, discurriendo hasta el infinito sin llegar a tocarse jamás, reemplazando aquella placentera sensación de convergencia, aquella bendita sensación de intersección fuera de todo tiempo y lugar, dentro de toda esa loca abstracción de parámetros.

Y entonces... el torrente de energía estalló, vibrante, zumbando, derramándose por toda la hoja que emborronaba dibujando implementaciones. Energía oscura y caótica, devastadora e impredecible, fuertemente densa, sorprendentemente liviana, nacida en algún remoto lugar de mi cerebro, extendiendo con pesadez sus duros tentáculos de adrenalina en llamas. Esa energía terrible, amigos, terrible, te transforma en tus deseos más profundos, en todo el arrojo que posees, en toda la stamina que te queda. Es como la vida; es como vivir.

Y así, ya no necesito preguntaros a vosotros por vuestra energía oscura. Porque, ¿qué demonios podría importarme? ¿Acaso me lo contaríais? ¿Acaso lo conocéis vosotros mismos? Si sois simples vegetales que peregrinan con la luz solar en un ciclo eterno cuyo origen y destino es el único lugar en el que podréis soñar: la cama.


Leave my door open just a crack
Please take me away from here
cause I feel like such an insomniac.
Please take me away from here
Why do I tire of counting sheep?
Please take me away from here
when I'm far too tired to fall asleep.




Venga, venga... esta entrada tiene un premio. ¿Es que no lo veis? Está ahí, y vuestros ojos lo están leyendo ahora mismo.