29/4/10

Tutorial Golem-radio Kanda (D. Gray-man)

TUTORIAL GOLEM-RADIO KANDA (D. GRAY-MAN)




-Materiales necesarios:
Bola de porexpan pequeña

Compás

Portaminas/ Lápiz
Rotulador negro de punta fina

Pincel
Botes de tempera blanca y negra

Foamy (o similar) negro

Plastilina negra
Cúter/ Tijeras

*Consejo: ¿Tenéis un Abacus cerca de casa? Pues ahí podréis encontrar todos los materiales.


PRIMER PASO: DIBUJO Y MARCAJE

Para empezar, lo primero que tendremos que hacer será conseguir una imagen del Golem en la que se vean bien los detalles. Yo recomiendo utilizar la siguiente:



Con la imagen de referencia en un lugar en el que podamos echarle un vistazo, cogeremos la bola de porexpan y el compás. Por comodidad, yo he utilizado la estructura que permite incorporar lápices y otro tipo de instrumentos al compás para hacer las circunferencias. Y aunque a mí me parece más práctica, se puede hacer perfectamente dejando el compás tal cual.

Normalmente, las bolas de porexpan suelen tener una pequeña marca que las surca por la mitad, como si al fabricarlas hubieran sido dos mitades que, más tarde, fueron pegadas. Si podéis localizar esa marca ya tendréis mucho ganado, puesto que podréis elegir la cara sobre la que vais a trabajar. Una vez identificada y escogida una de las caras de la bola de porexpan, habrá que situar el centro (más o menos a ojo, que todos sabemos). A partir de dicho centro haremos una primera circunferencia inicial que ocupará buena parte de la cara de la bola (aproximadamente unos ¾ de ella), dejando tan solo una fina línea de separación hasta la marca que señaliza el comienzo de la otra mitad de la bola. A continuación esbozaremos otras dos circunferencias más, tal como se ve en el dibujo. NO importa si la bola de porexpan se “hunde” allá donde la mina del compás marca los círculos, al contrario, así cuando nos toque repasarlos con rotulador tendremos el radio mucho más visible.


Por último, practicaremos un par de incisiones, no muy profundas de momento, sobre la marca. Más tarde aquí encajaremos las alas, así que la separación no ha de ser excesivamente grande, pero tampoco demasiado pequeña, puesto que entre medias tendremos que poner los cuernos.


SEGUNDO PASO: DARLE COLOR

Este paso será probablemente el más fácil de todos, aunque también el más lento, pues tendremos que esperar a que se seque la pintura. Yo empecé pintando los colores negros y después los blancos por comodidad. Para cuando la pintura blanca se haya secado, será hora de utilizar el rotulador.

Esta vez sí que aconsejo que utilicéis el aparatito para enganchar el rotulador al compás, así las distintas circunferencias quedarán perfectas y no parecerán los garabatos de una mano con Parkinson (el muy maldito siempre ataca en ESTAS ocasiones). Para los demás detalles… sacad vuestro talento artístico.


TERCER PASO: COMPLEMENTOS

En primer lugar vamos a hacer las alas. El Foamy de color negro, que normalmente se vende con el tamaño de una cartulina grande (o pequeña), va a ser nuestra base. Fijándonos bien en el diseño de la imagen de referencia, con un bolígrafo negro y a mano alzada vamos a dibujar nosotros nuestras propias alas. Pero si el dibujo artístico no es algo que se os dé demasiado bien, siempre podéis pedir ayuda para haber la base. No olvidéis dejar una tira fina en el lugar en el que el ala será encajada en la bola de porexpan, sino va a ser imposible fijarlas. Para recortarlas utilizad unas tijeras, así las curvas se verán suaves.


En segundo lugar vamos a hacer los pequeños cuernecillos que tiene nuestro Golem. Esto es súper simple… ¿recordáis cuando estábamos en la primaria y jugábamos con la plastilina? pues desempolvad esos viejos recuerdos porque los cuernecillos se hacen exactamente así. Para ayudaros podéis utilizar cuchillos, cúter, etc... Los bordes siempre os quedarán más rectos y más bonitos. Una última recomendación para los cuernos es barnizarlos con ayuda de un pequeño pincel. Así, la plastilina no morirá cuando salgáis a pasear con el Golem por cualquier Expomanga o Salón.


CUARTO PASO: UNIÓN Y ACABADO

Para finalizar este tutorial sólo me queda deciros que encajéis las alas sobre las incisiones anteriormente practicadas en la bola de porexpan, agrandándolas y retorciéndolas todo lo que necesario para que no se os escapen y echen a volar (nunca una expresión fue tan cierta xD).
Los cuernecillos los vamos a acoplar gracias a un pequeño alambre que clavaremos, por un lado, al cuernecillo de plastilina, y por otro, a la propia bola.


Y…. ¡Ta-cháaaaaaaan! Tutorial terminado. He aquí mi resultado:







Ya sabéis, intento escribir lo más clarito posible para que todo se entienda bien, pero si aún así os queda alguna duda… podéis encontrarme en esta dirección:


sombradehielo@hotmail.es




¡Espero que os haya servido de ayuda!

25/4/10

Instrumentos de tortura



Puede que hayamos dejado ya muy atrás los gloriosos tiempos en los que la Inquisición había subyugado el monopolio de... ¿todos los ámbitos de la vida de la gente? Sí, algo así. Pero aún hoy en día existen métodos y aparatos de horrible tortura y sufrimiento. SÍ señores, sí, me estoy refiriendo a los zapatos de tacón (y ahora, los amables caballeros que jamás han tenido que subirse a semejantes cachivaches y aguantar ahí durante horas, se harán gentilmente a un lado y harán también el favor de asentir con la cabeza y decir amén a todas mis palabras de a continuación).

Ayer me volví a dejar engañar... hecha un cúmulo de impulsividad y nervios, volví a dejarme arrastrar por Niwa y Susi a la Gala que organizaba la secta (no sectilla ojo, esto es una secta seria) de su insti. Una auténtica americanada consistente en un baile de primavera en el cual los chicos tenían que ir hechos un pincel (con sus trajes, corbatas, zapatos y cinturones) y las chicas hechas un primor (vestido, tacones, maquillaje...)

Después de una semana entera en la que los problemas se multiplicaban como gremlins a los que había tocado el agua (que si donde vamos a dormir, que si hay que comprar las entradas, que si hay que desempolvar los vestidos, que si cómo vamos a volver al lugar al que vayamos a dormir...), por fin llegó el ansiado día y toda duda quedó resulta. Nos quedamos las tres en casa de Susana, con su hermano, sus padres, su hámster y sus pajaritos. Los vestidos brillaban que daban gusto sobre las perchas del armario, las entradas de señorita estaban a salvo, y el metro trabajaría por nuestra cara bonita para traernos de vuelta una vez acabada la fiesta. Sin embargo, las prisas me perseguirán toda la vida... ¡Las odio!
Después de una frugal cena de pizza inacabada (más por los nervios y por la intempestiva hora de la... ¿cena?), se armó un verdadero zafarrancho. Medias, ligas pornosas, zapatos de tacón, vestidos, rimel, chaquetas, lápiz de ojos, pintalabios, espuma, secador con difusor, plancha para el pelo, colgantes, pendientes, anillos, horquillas, peines, cepillos... y un largo etcétera, lo juro, volaron de un lado para otro buscando a sus legítimas dueñas. Y unos cuantos (bastantes) minutos más tarde estuvimos listas. Ahí empezó la tortura...

Cuando me di cuenta de que no me había llevado las manoletinas para quitarme los tacones en la fiesta, creí morir. Sinceramente, mi aguante encima de unos zapatos de tacón deja mucho que desear. Soy una quejica, qué se le va a hacer. Pero le eché un par y decidí aguantar como una campeona encima de esas horribles plataformas que te deforman el pie de una manera que debería estar totalmente prohibído por nuestra sagrada Constitución. Ni que decir tiene que fracasé estrepitosamente. Al final de la fiesta terminé muerta, literalmente. SIN pies, porque era como si un maléfico enano me hubiese aporreado las plantas con un martillo con todas sus fuerzas. Era como si un elefante me hubiese pisoteado desde el suelo, como si un tren hubiese descargado todo su peso a una velocidad uniforme sobre mí. No puedo describir el dolor porque va más allá de la imaginación...

Pero lo mejor, sin duda, fue la vuelta. Ajaja... jaja.. ja... ahí sí que me reí. Cruzando por mitad de la carretera sin poder echar a correr cuando venían los coches, yendo como tres malditos caracoles hasta las escaleras del metro para que no nos cerraran las puertas, aguantando estoicamente sobre las escaleras mecánicas que bajaban. Ahora sí, en cuanto vi que una de las escaleras se había puesto en huelga, fue demasiado. Mis manos volaron hacia esas mortíferas armas de destrucción individual y las arrancaron de ahí, sujetándolas bien firmemente mientras bajábamos ese largo, larguísimo tramo de escalera de toda la vida.
En fin, después de ser perseguido-acosadas durante un par de minutos por unos cuantos fiesteros que coincidieron en las escaleras con nosotras (y a los cuales estaba bien dispuesta a clavarles la punta del tacón en un ojo), la paranoia creció y en cuanto salimos del metro Niwa empezó a preguntarme por el cúter mágico que uso a modo de improvisada arma personal en ocasiones por mi barrio. Obviamente, si no me había acordado de meter mis zapatos guays para el dolor de pies, no pensemos ya en objetos que normalmente utilizo para terminar mis cosplays... así que íbamos pegadas, cuchicheando acerca de los que nos adelantaban, seguían, acercaban o se atrevían a hablar al grupo en el que iban. Pero todo salió bien. Llegamos a casa sanas y salvas... y después de un ameno pase de fotos del viaje de fin de curso de Susi, caímos rendidas sobre las diversas camas.

Bien, aquí está mi homenaje a los zapatos de tacón. Que serán preciosos y todo lo que tu quieras, pero joden una barbaridad y te destrozan los pies. Con más tiempo (y calma) me explayaré sobre la fiesta en sí.




Buenas noches.
<3

14/4/10

Ñam Ñam... Makizushi


Después de unos cuantos años enganchada al mundo del manganime, una no puede dejar de notar las costumbres que marcan el estilo de vida del país nipón. Una de ellas, quizá la más representativa por estos lares, es su gastronomía. Y es que nuestros queridos vecinos los japoneses tienen unos platos verdaderamente extraños.
No sé si alguna vez habréis ido a un restaurante chino, pero os aseguro que no tiene nada que ver con uno japonés. Las primeras veces que Niwa me llevaba al Nipon Taro tenía que repetirme pacientemente una y otra vez qué era el Maki, el Sashimi, el Nigiri y, en general, todo aquello que yo le señalaba en la carta. Ahora ya soy perro viejo (¿o perra vieja?) y manejo a la perfección toda la algarabía de nombres para la comida japonesa.

Como últimamente ando muy ocupada con los doscientos mil cosplays que esta gente malvada me obliga a hacer y con eso de sacarme el puñetero carnet de conducir... pues hoy voy a actualizar con mi maravillosa receta de Makizushi. Fácil, rápida, sencilla... vamos, que cualquiera puede hacerla en casa.



COCINANDO.... ¡SUSHI! : MAKIZUSHI

·Ingredientes:



PARA TRES O CUATRO PERSONAS:
-Dos vasos de arroz japonés (sirve también si es de grano corto, tipo paella, pero obviamente es mejor el japonés)
-Entre tres y cuatro hojas de alga Nori seca (la cantidad de hojas de alga dependerá del número de comensales)
-Una botella de vinagre para sushi (no se usa toda la botella, pero es el formato en que te lo venden)
-Relleno para el sushi: Pescado fresco en general, aunque lo más típico es el salmón, el atún,el pepino... pero vamos, se puede rellenar con cualquier cosa que os guste.

*Si sois de Madrid o Barcelona, TODOS los ingredientes se pueden comprar aquí.



· Procedimiento:

1ª Parte - Preparar el arroz


1) Verter los dos vasos de arroz en un cazo y lavar los granos con abundante agua hasta que esta salga clara.
Para aclarar el arroz es recomendable que, una vez echada el agua en el cazo, removais los granos con ayuda de la mano o de una cuchara. El agua se tornará de un color blancuzco, así que tendreis que repetir la operación hasta que el agua salga, como ya he dicho, medianamente clara. Esto se hace para quitar el almidón.

2) Este paso es opcional. Se trata de dejar que el arroz repose durante una hora para que los granos se hinchen. Pero si no teneis tiempo/ganas, simplemente usad el arroz tal como ha salido después del aclarado.

3) Ahora vamos a cocer el arroz. Se coloca la olla sobre el fuego y se echa agua en proporción de los vasos de arroz que se han usado. Por cada vaso de arroz, un vaso de agua o incluso un poquito más, pero NUNCA menos. Los tiempos de cocción son los siguientes:

-DOS minutos con el fuego al máximo. Los minutos se cuentan a partir de que el agua hierva, así que si no teneis una placa de esas super guays que hacen que el agua hierva en menos de un minuto (como yo... Jojo), os recomendaria calentar el agua de antemano.

-CINCO minutos a fuego medio.

-QUINCE minutos a fuego lento.

*¡Ojo!: Para una perfecta cocción, no levanteis la tapa de la olla/cazo durante los 22 minutos que dura el proceso.

4) Una vez cocido, el arroz se habrá quedado ligeramente pegadito y (si lo habeis hecho bien) blandito. Quitadle la tapa a la olla para poder trabajar con el arroz, y si no quereis que se os quede seco colocadle por encima una servilleta humedecida.

5) Colocad unas cuantas cucharadas de arroz en un pequeño cuenco de cerámica, o en su defecto en un plato (no se recomienda utilizar recipientes metálicos), y rociad sobre los granos el vinagre para sushi de tal forman que se mojen (no confundir el verbo "mojar" con los verbos "encharcar o empapar"). Para que queden bien mojaditos y sepan bien hay que moverlos con ayuda de una cuchara o un tenedor, de tal forma que parezca que estais arando un campo de arroz. Pero bueno, para los que como yo jamás hayais tenido el placer de arar un campo, movedlo de un lado para otro haciendo que queden mojados y brillantes (no pegajosos, ni flotando sobre un mar de vinagre ni nada parecido...)

6)Arroz listo. Ahora podemos hacer Makis, que son los rollos de alga rellenos de salmón, atún, pepino...


Aquí os dejo un par de fotos del proceso hasta ahora:


Arroz después del aclarado.



Arroz con el vinagre para sushi

2ª Parte -Preparar el Maki


1) Se corta el pescado o el relleno elegido en tiras finas y largas.

2) Se extiende sobre la superficie de la encimera una hoja de alga nori y se coloca el arroz que hemos hecho con anterioridad sobre un tercio del alga.

3) Se colocan las tiras de pescado, o del relleno que hayamos escogido, sobre el arroz.

4) Se hace un rollo con el alga, con cuidado y apretando bien para que el arroz moje el alga. Se puede hacer con una esterilla especial que existe para ello, pero yo me apaño bien con las manos.

5) Esperamos hasta que el alga se haya pegado bien al arroz, lo cual notaremos porque su textura será suave y no rugosa y seca, que es como vienen en el paquete. Después, con unas tijeras, cortaremos las puntas del rollo, intentando retirar solo la parte en la que el alga siga seca y con apenas arroz.

6) Con un cuchillo afilado (y para mejores resultados con el filo mojado en agua) procederemos a cortar el sushi en pedazos de aproximadamente un centímetro de largo. Nos saldrán entre seis y ocho piezas por cada rollo.

7) Servir con salsa de soja y comer con palillos.


Más fotos:

Maki de Salmón



Maki de Tamago (tortilla japonesa)



Makis ya cortados



Makis y un par de Onigiris (bolas de arroz como las de Shin-chan)


Los onigiris son también muy facilitos (estos de la foto los ha hecho Niwa... y si ella puede, cualquiera puede xD), pero ya postearé la receta otro día. De momento con esto teneis para empezar... y si no os animais, siempre podeis hacerme una visita con la esperanza de que comparta los resultados de mis magníficas dotes culinarias con vosotros.


さよなら!
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Art by Darkfinder


4/4/10

Eterno e inmutable... ¡Ja!

-Creo que deberíamos cortar.
-... eres idiota.



La vida es un cambio constante. No hacemos otra cosa que transformarnos y evolucionar, crecer, madurar… todo es cambio. Cambios, cambios. No sé si odiarlos por romper con mi elaborada rutina y la paz de mi día a día o amarlos por no dejarme caer en el aburrimiento de una vida monótona y gris.
Desde hace algún tiempo estoy siendo consciente de los cambios que, voluntaria o involuntariamente, introduzco en mi vida. Obviamente sé que llevo cambiando desde que nací, pero ahora que soy consciente de mi existencia, también soy consciente de mis cambios. La verdad… quiero cambiar para siempre, diga lo que diga o me queje lo que me queje. Definitivamente, cambiar es bueno. Por lo menos, a mí me ha aportado experiencia y conocimiento, sensibilidad y algunas otras muchas capacidades. También me ha hecho desprenderme de otras, pero creo que si, en algún momento de mi vida, quisiera o necesitara recuperarlas, serían los propios cambios quienes me las devolviesen otra vez.
Tengo bastante claro lo que pienso respecto a los cambios y creo que los enfoco de una manera positiva. Sin embargo… hay un pequeño resquicio de duda en todo esto. Es algo que no sé cómo afrontar.

Cuando algo ha permanecido en tu vida mucho tiempo, algo que siempre has sido consciente de que está y hacia lo que no has dejado de experimentar sentimientos… llamémoslos satisfactorios, a lo largo del tiempo que te ha acompañado... ¿Qué ocurre cuando un cambio te lo arrebata? ¿Qué ocurre si eres tú quien propicia el cambio?
Para acotar un poco más, no es la “pequeña conciencia” que tienes acerca de tus manos, piernas, dedos (es obvio que los quieres/necesitas, pero yo no me besuqueo los dedos o las manos o los brazos y despliego todo mi amor –no en sentido romántico, simplemente amor- hacia ellos). A lo que yo me refiero, por ejemplo, es (por poner algo muy básico y muy claro) cuando un cambio te hace perder un ser humano. Ya sea un familiar, un amigo, un novio… etc. Como tampoco quiero divagar mucho, voy a ir directamente al grano y exponer mis preguntas. Para mí, el caso más fácil es cuando decides romper con tu pareja, así que en base a eso voy a lanzar la batería de interrogantes.

Cuando llevas mucho tiempo con otro ser humano, compartiendo un lazo que trasciende más allá del sexo, es muy difícil querer introducir por tu propia mano un cambio que afecte directamente a esta relación. Un cambio drástico, que implique el cese de la misma.
Y no lo entiendo. No entiendo el por qué.
Si bien es cierto que tenemos sentimientos y que podemos experimentar la tristeza, el abandono, la nostalgia, la lástima… también es cierto que tenemos un cerebro capaz de razonar y pensar que quizá la solución, por dolorosa que parezca, es lo mejor para ambos seres humanos. Los cambios que cada uno ha vivido han hecho que el nexo que les ataba a la otra persona se haya ido difuminando hasta desaparecer. Pero… los lazos que entablamos con los demás, por superficiales que sean, suelen ser complejos debido a nuestra naturaleza. ¿De verdad deberíamos dejar que nuestros lazos con el mundo desaparezcan? En cierto modo es una manera más de anclarte a la realidad. Gracias a esas otras personas, que a su vez también dependen de ti, estás fuera de tu propio mundo, fuera de tu propia realidad, entrando en la realidad colectiva.

¿Este tipo de cambios son inevitables? ¿Estamos condenados a contemplar como nuestros lazos se deshilachan con el tiempo? ¿Estamos condenados a precipitarnos sobre ellos con unas tijeras?


No me es difícil romper con las cosas. Pero me es muy difícil romper con seres humanos.
Tremendamente difícil. Tremendamente horrible y vacío.


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Art by LuluBerylium

1/4/10

Kidnapped


¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Necesito un poco de ayuda...
Eooo....

En fin, supongo que habreis notado que últimamente no es sólo mi habitación lo que está manga por hombro... También mi blog (oh dios, ¿cómo se pueden extender las malas costumbres al ciberespacio?). Pero esta vez tengo una buena excusa: he sido víctima de un auténtico secuestro.
Esta mañana, cuando he amanecido en una de las camas de Niwa ( es lo que tiene vivir en una jodida mansión, que cada día puedes acostarte en una cama distinta), alegre y contenta ante la perspectiva de volver a mi casa y ver a mis padres, a mi hermano y esas personas que se suelen echar de menos después de pasar días y dias sin verlos... me he visto envuelta en una situación de lo más surrealista. Después de quitar las sábanas y comenzar a hacer planes de devolver la cama a su legítimo lugar (bajo la cama de la propia Nini, junto al Bicho Feo ese -AKA "Jonky Pikachu"- que me quería secuestrar la otra noche y que metimos a escobazo limpio en un rinconcillo oscuro), Niwa ha desaparecido misteriosamente para ir a hablar con la Gran Jefa (mami) y juntas han montado una horrible conspiración para secuestrarme.
Me he dado cuenta de que todo había sido un maldito montaje que comenzó el viernes de la semana pasada, cuando ella se acopló en mi casa sin venir a cuento y empezaron a montarse problemas aún más gordos en el foro (ya me explayaré en otro momento y dirigiré todo mi odio contra el malvado ser que nos desmontó el argumento). Estoy segura de que aprovechó mi momento de debilidad (eso de tener un jodido novio que no coge el teléfono ni aunque le amenaces con un palo también ayudó muchísimo) y me comió la cabeza con una impresionante maestría. En teoría debería haber vuelto a mi casa ayer... pero resulta que al final no volveré hasta mañana (y mucho me temo que "mañana" sea "mañana" después de haber comido, tomado el café, cenado, visto un par de películas y el reloj esté a punto de explotar porque ya sea sábado y sigamos aquí todavía).

Y ahora que habeis leído mi triste historia... ¿A nadie le apetece venir a rescatarme? De verdad, me tiene encerrada en su cuarto, obligándome a escribir ShiniNatsu para ella, obligándome a administrar el foro a su antojo, rubricándome su firma sobre la mano en japo para marcar su territorio... Hasta ha sacado las esposas que compramos para el cosplay y me tiene atada (o bien a la cama o bien a sí misma).
¡Estoy muy indignada, me siento más poco libre que nunca!

Pues nada, en cuanto tenga un rato actualizaré el aspecto del blog y me curraré alguna entrada para explicar en qué ha terminado la caída y resurgimiento del argumento de la historia del foro.


¡Secuestrada! ¡ARGH! >.<

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Art by Murderdoll17