29/1/11

Fight back!


¿Harto de sentir siempre la misma impotencia nerviosa? ¿Harta de atormentarse pensando en qué sera lo próximo la próxima vez? ¿Harto de encontrarse con que o lo hace o NO tiene ninguna otra alternativa? 
No lo piense más... ¡devuelva el golpe!

Si hay una cosa que realmente me toca los cojones del maravilloso mundo de la informática es la... llamémoslo trampa. Sí, queridos y queridas lectoras, y me parece no andar muy desencaminada al pensar que todos vosotros la habréis experimentado alguna que otra vez. Escuchad con atención.

Hará aproximadamente algo más de un día noté algo extraño en mi ordenador. Esto es bastante raro, claro, porque normalmente mi ordenador es un ordenador muy formal que se ajusta a mis necesidades y obedece todas y cada una de mis ordenes sin rechistar. Puede que ya le vayan pesando los años y se caliente más de lo debido o que no me ofrezca el rendimiento que cuando estaba recién estrenado, pero siempre ha sido un buen ordenador. Sin embargo, esta vez, por algún oscuro motivo que en ese momento no acertaba a atisbar, no terminaba de prender la chispa que arrancaría el programa de mensajería instantánea messenger. Para los que no lo sepáis o no acerteis a deducirlo, uso ese programa con bastante frecuencia, más bien diría que mucha. Tengo el 'piticlick' carácteristico resonando con bastante frecuencia por los altavoces y encuentro que es muy útil desde los hace casi dos siglos que llevo usándolo.

Ese fatídico día, supongo que por la versión que estaba usando, se me debió de colar un residuo, una actualización fantasma, un llámalo X que servía para comunicarle al messenger "Eh tío, o te actualizas a Windows Live Essentials 2011 o no dejaré que nadie inicie sesión en ti". Bien, suponiendo que fuera una actualización normal... no me quejaría. Pero no lo era, y yo lo sabía porque me había tomado la molestia de informarme en su momento, cuando se me dio la posibilidad voluntaria de cambiar mi versión por la del 2011, de las características que incluiría. 

Si utilizo un programa de mensajería instantánea con tanta asiduidad como yo utilizo el msn es porque lo que realmente quiero es... ¡oh, sorpresa! utilizar un programa de mensajería instantánea. Lo que me ofrecían en esa nueva versión distaba mucho de aquello, puesto que tuve la posibilidad de visionar la interfaz gracias a Youtube. El primer pensamiento que salió de mi cabeza fue... coño un "gestor" de redes sociales. Pero, en serio, ¿y si no tienes una red social que administrar/seguir/estar pendiente de? ¿Por qué demonios habría de renunciar a un nick personalizable en favor de mi nombre y apellidos reales, coloridos colorines, skins, atajos, multiClient y todas esas cositas tan útiles que tiene el Add-on messenger plus? ¿Pretendéis que alguien que no utiliza redes sociales renuncie a todas esas comodidades a cambio de ofrecerle unas herramientas que probablemente no vaya a utilizar porque no tenga ese algo sobre lo que se utilizan? Es, cuanto menos, ridículo.

He ahí el motivo de mi disgusto. Me forzaban a cambiar a un sistema de messenger que incluiría unas prestaciones que yo no es que encontrase extrañas, sino que encontraba inútiles. Después de semejante cambio en el software, los que desarrollan el msnPlus! a día de hoy todavía no han sacado la versión 5.0 que es la que, si todo va bien, se podría colocar sobre el WLM 2011 y permitirnos tener las mismas características de siempre. Ante semejante disyuntiva, ¿qué hacer? ¿Renunciar a todo para poder seguir comunicándome con los demás o... esperar aislada hasta que sacaran la nueva versión del plus? Respuesta correcta: ninguna.

Una vez más, he recurrido a la búsqueda incansable de información. Unas cuantas páginas web, combinaciones (absurdas) que pretendían milagrosamente salvar la actualización y parches del plus que medio funcionaban después, di con una solución perfecta. ¿Recordáis que más arriba os dije que esa actualización fantasma se debía a la versión de Msn que estaba usando? Pues bueno, era cierto. Mi versión era la adecuada para sistemas operativos superiores a Windows XP. Y resulta que la versión del 2011 sólo funciona en dichos sistemas operativos. Conclusión, para aquellos usuarios que todavía utilizan XP en su ordenador han habilitado una descarga especial de la versión que hasta ahora hemos venido usando. Lo único que hay que hacer es descargarla e instalarla, sin necesidad de borrar nada (a menos que ya esté instalado WLE 2011, claro, en cuyo caso hay que desinstalarlo primero).

Si vosotros también queréis burlar al destino y esperar a que salga el bendito parche 5.0 para actualizar vuestra versión, aquí os dejo el enlace:
Windows live Messenger para Windows XP

Y aquí una página con información clara, ordenada y más links de descarga por si acaso quisierais intentar cualquier otra opción de las que se describen:
Plus! 4.9

26/1/11

El peso de una sola palabra



Adiós, viejo amigo. El sentimiento que me ha vapuleado por dentro cuando me has comunicado el brusco giro de los acontecimientos ha traído a primer plano una melancolía dolorosa que, para ser francos, hacía mucho tiempo que no experimentaba de verdad. Como suele pasar en estos casos, ha sido sorprendente comprobar lo que puede ser capaz de levantar un ser humano en otro.

Tú en tu faceta de amante y tú en tu faceta de amigo. Aquello que hemos vivido ha sido como una espiral de tiempo indefinido compuesta por los miles de matices que tienen los colores, el tono grave de las interferencias, un calor como un infierno de ardiente, el paso agitado de un corredor sobre el corazón, la estrechez doliente de la mano que se cierra justo a tiempo sobre la tuya, carreras por caminos que bordeaban entre lo oscuro y lo claro, y lo ceñido que estuvieron tu identidad y la mía. Te quiero, y lo hago con esa intensidad sobrecogedora de las personas a las que un buen día se les olvidó utilizar sus nombres para nominarse. Te quiero muchísimo y ahora me parece tan breve la intersección de tiempo que compartimos juntos que quisiera que no tuvieras que marcharte.


Sé que hace ya años que nuestras espadas desaparecieron, que se quedaron guardadas en algún recondito lugar de los servidores a los que nos conectábamos... pero aún así, con espada o sin ella, yo sigo siendo leal a la causa que te da la vida: a ti.


Nos vemos, de verdad, algún día. Hasta entonces, buen viaje, viejo amigo.

10/1/11

Don't ever look back [AlmaxKanda FanFic]

Puede contener SPOILERS del manga, concretamente del capítulo 190 en adelante. No se trata de nada que pueda arruinar el argumento de la obra, pero se mencionan personajes que pueden ser desconocidos para quienes no sigan la historia del manga.
Hay leves insinuaciones de YAOI. Leed bajo vuestra propia responsabilidad. 

Lectura de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo.

Tenía los ojos abiertos, brazos y piernas intactos, y estaba tan alerta y preparado como siempre. Me sentía relajado y tranquilo, y en aquel lugar había espacio suficiente para maniobrar. Definitivamente, aquello parecía uno de los campos de entrenamiento, y quizá así lo fuera, pero nunca lo llegué a dilucidar, porque, pese a todo, ni mis ojos lo vieron, ni mis brazos lo detuvieron, ni mis piernas me permitieron esquivarlo.
Desperté violentamente tras un buen rodillazo por parte de mi compañero de cama, con lágrimas en los ojos y el espasmódico movimiento para recuperar la posición fetal ya iniciado. Me abracé con fuerza la barriga mientras gritaba sin miramientos en lo más profundo de mi cerebro todas las maldiciones que se me ocurrían. Dolía como si me hubieran embestido con un ariete a toda velocidad, qué golpe más bruto. El líquido que se había agolpado en mis lacrimales me empezaba a escocer, así que entreabrí los ojos para poder parpadear y dejar que las lágrimas se derramaran y fueran a parar a las sábanas o a la almohada o a donde quiera que les diera por caer. Quizás con toda aquella actuación sólo estaba esperando a que él hablase y sacase a pasear esa particular forma suya de ser para poder devolverle el golpe y quedarme tan a gusto, pero no lo hizo. No lo hizo porque estaba dormido y yo pude verlo a través de mis ojos entreabiertos y húmedos.

Era la primera vez que le veía dormir. Era la primera vez que le veía actuando en consonancia con sus sueños y viviendo en aquel otro mundo al que nos decían que teníamos que ir todas las noches… o al que íbamos por fuerza todas las veces que acabábamos a golpes. El mundo al que llegábamos cuando, durante la sincronización, nos quedábamos inconscientes. En un acto reflejo agité la cabeza de lado a lado para sacudirme aquel último pensamiento; justo en este momento no me apetecía ponerme a recordar las sesiones de sincronización. La reminiscencia de ese dolor hizo que el daño provocado por el rodillazo se disipara en una especie de neblina cálida, como un pequeño torrente de sol.
La verdad era que nunca antes había visto a Yū tan… indefenso no era la palabra, pero tampoco lo era tranquilo porque hasta en sueños era capaz de pegarme y no dejar de moverse de un lado a otro. Yo ya estaba acostumbrado a que se revolviera sobre sí mismo y sobre mí mismo también, pero si continuaba incrementando la violencia de sus giros y vueltas, al final un día terminaría por separar las camillas sobre las que descansábamos. El papel que mediaba entre el plástico blanco y su cuerpo ya estaba totalmente arrugado. El mío no lo estaba tanto, pero me apresuré a alisarlo con el brazo. Era un poco incómodo dormir sobre un gurruño de arrugas.
Mientras rehacía mi trozo de cama, utilizando ahora las dos palmas para estirar mejor la tela de la camilla bajo mi cuerpo, me detuve apenas un momento para contemplar a mi compañero. Llevaba un rato quieto y no pude evitar achacarlo a un estado de coma. No era la primera vez que Yū entraba en coma y no me preocupaba demasiado, pero de todas formas quería avisar a alguien si así fuera. Quizás después me fuera directamente a la sala matriz a darles a todos los buenos días. Igual…

Durante un rato me olvidé de mi tarea. Apoyando el codo sobre la tela que cubría el fino colchón de plástico, me dediqué a observar con atención al muchacho que dormía. Yū Kanda era un niño alto de nueve años de edad. Su cuerpo era largo y delgado, como una espiga, y los músculos poco a poco comenzaban a dibujarse con impecable delicadeza sobre él. Todavía llevaba puestos los pequeños pantalones oscuros que se le ceñían bajo el ombligo y que le cubrían hasta las rodillas. El pecho estaba desnudo y yo podía fijarme en el detalle normalmente imperceptible de su respiración sobre el diafragma. Subía y bajaba con pesada lentitud, como si le costase cada bocanada de aire que se llevaba a los pulmones. Las gotas de sudor comenzaron a agolparse en sus hombros y en el nacimiento de su pecho, así que decidí incorporarme con un movimiento rápido para examinarle mejor. Me quedé allí sentado, a tan solo dos palmos del calor que irradiaba su cuerpo. 


Me sorprendió ver lo mucho que cambiaba mi perspectiva cuando observaba al chico desde arriba. Ahora podía ver bien la expresión de su rostro. Tenía las cejas curvadas, fruncidas en una mueca extraña que hacía juego con el gesto de su boca. Parecía estar apretando los dientes con fuerza; rabia, sorpresa, anhelo, desde luego yo no sabía que podría estar pasando en su cabeza. Pese a todo, Yū conservaba ese aire de indiferencia y frío en las facciones, como si alguien se lo hubiera cincelado para siempre en aquel semblante que todavía no se había desprendido de la suavidad de las curvas redondeadas de la niñez. Las gotas de sudor le bajaban por las sienes mojando su pelo oscuro. Su melena, que apenas le llegaba a los hombros, caía totalmente lisa y estaba poblada de mechones desiguales que empezaban a crecer con ímpetu, pero a mí lo que más me gustaba, sin duda, era el color. Su color era la última tonalidad de negro que podía alcanzar la cromática en la genética humana, más oscuro que la más oscura de las sombras. A veces, cuando la luz se reflejaba en su cabello, el brillo engañaba la visión titilando en forma de reflejo azul. Muchas de las ocasiones en las que nos habíamos peleado había terminado con un par de morados más por haber distraído mi atención creyendo haber atisbado uno de esos destellos índigo.

En ese preciso instante, sentí un acuciante deseo tirar de mis entrañas con fuerza. Una apremiante necesidad por memorizar el tacto de aquellas hebras que mi compañero parecía haberle robado a la noche. Me dejé llevar por la impulsividad y estiré mi mano hacia la altura de su frente. Fue entonces cuando Yū estrujó la sábana, convirtiendo repentinamente sus manos en sendos puños que atrapaban una agonizante tela.

Después, todo sucedió muy deprisa. Sin darme tiempo a pensar, mi cuerpo se movió como accionado por un resorte, huyendo hacia mi lado de la cama con un solo movimiento acelerado. Logré escurrir las piernas bajo mi propia sábana y taparme a toda velocidad con ella, arrebujándome muy disimuladamente de espaldas a él sobre mi lecho. Cerré los ojos con fuerza, pero luego recordé que sería mejor relajarlos y aparentar que acababa de despertarme. Le oí susurrar algo entre dientes, y, bastante acobardado, comencé a hacer ver como que me desperezaba. Tampoco quería forzar demasiado mi interpretación, si me descubría sería malo. Se convencería equivocadamente de que era un acosador y entonces quizás tuviese que volver a dormir yo solo. No quería volver a dormir solo. Restregué los ojos con la mejor actuación que supe llevar a cabo y pronuncié las primeras palabras que se me vinieron a la mente.

-Te estabas moviendo mucho otra vez mientras dormías.

Por lo que podía espiar a través de los nudillos de mi mano casi podría haber jurado que le pillaba desprevenido. Sin embargo, fue totalmente al revés. Es decir, fue él quien me pilló desprevenido a mí. Absolutamente, además. Todos los músculos de mi rostro entraron en tensión.

-Lo siento. ¿Te he despertado?

Le miré a los ojos. No estaba enfadado, pero tenía una expresión que me resultaba muy extraña. Una expresión que le hacía parecer lo que era, un niño pequeño. Un niño pequeño de nueve años, como yo.


No pude evitarlo, dibujé la sonrisa más sincera de toda mi existencia.



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[Editado]


Anoche, a la intempestiva hora en que publiqué mi entrada, no tuve las fuerzas suficientes para comentar mis impresiones sobre lo escrito, así que, echando mano de la magnífica herramienta de edición, voy a hacerlo ahora.

Después de pasarme un buen rato buscando imágenes que renderizar en las páginas del manga original de D. Gray-man no pude evitar sentir la tentación de seguir leyendo hasta el capítulo 202 tirando del fansub de MangaStream. Y es que de pronto, mientras buscaba por entre las páginas, reviví toda la historia de Kanda que me metí este verano durante los días que pasé en casa de Nini. Fue muy duro resistirme a la tentación, más sabiendo que el equipo de MangaStream trabaja en inglés y que sus scans son de los mejores que hay a día de hoy en estos mundos del fansub, pero tiempo atrás ya decidí que quería disfrutar del manga en papel. Tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para cerrar la pestañita de aquella página que me prometía adrenalina, emoción y una profusa hemorragia nasal a lo largo de los seis o siete capítulos que me quedaban por leer. Y triunfé, cerré la página y se acabaron las tentaciones malsanas. El problema, queridos y queridas amigas, es que había algo que se había quedado allí conmigo. Algo que quería salir, que quería saber, y que era lo suficientemente fuerte como para impulsarme a escribir. Y a ello me abandoné.

El verdadero empujón me llegó en forma de viñeta, la misma que podéis leer (de derecha a izquierda) al principio de esta entrada. La expresión avergonzada e indefensa de Kanda no tiene precio, así como tampoco lo tiene ese "lo siento", por muy formal que sea, que le dedica a Alma. Después de todo lo que he leído a lo largo de diecinueve tomos, de verdad que jamás pensé que la autora pusiera en su boca semejantes palabras, más teniendo en cuenta que lo que nos había mostrado de él de pequeño era una personalidad calcadita a la que tiene cuando es mayor. Por eso y porque no me hace mucha gracia modificar el argumento de las obras, pensé en ubicar mi narración entre la anterior viñeta, que nos muestra lo que Kanda está soñando (y que no diré para no hacer spoilers), y su súbito despertar en esta.

El peso de la narración recae sobre Alma, que es un niño pequeño con las aspiraciones y deseos de un niño de su edad. Después de lo que se ha mostrado sobre su carácter y personalidad de aquella época yo creo que me ha quedado algo bastante acertado, que no perfecto porque, obviamente, no fui yo quien concibió ese personaje.
En fin, creo que es un texto muy neutro y en el que no manipulo ni retuerzo la personalidad de nuestros chicos (no, esta vez no vais a necesitar hacer uso de la cuerda para colgarme sobre cualquier poste... ¿verdad?), y estoy bastante satisfecha con este "asomar la patita" por el mundo de los Fanfics. Hace muchísimo tiempo que quería iniciarme por estos lares, pero eso de ir dejándolo y dejándolo hace que las historias sobre las que pretendías escribir avancen y lo que tenías en mente dejase de valer. 

En fin, espero que hayáis disfrutado de la lectura, ya que mis perversas y retorcidas intenciones esta vez iban encaminadas hacia ese objetivo final.

6/1/11

Let me show you what you are missing


Pero bueno, vamos a ver ¿quién quiere empezar el año con buen pie? ¿Quién, si es mucho más divertido empezarlo dando guerra? Espero que os estéis preguntando qué maravilloso demonio me ha poseído esta vez, porque ahora mismo voy a proceder a contaros qué me impulsa exactamente a pronunciar semejantes frasecitas. Estoy segura de haberlo dicho ya un buen millón de veces, pero... qué coño, el palo de pegar no va a volver a su sitio hasta que empiece a notar que mis palabras dan resultados.

Ya somos mayores. Hemos dejado atrás la inocencia de la niñez y la inseguridad de la adolescencia, algunos con mayor acierto que otros, todo sea dicho, pero de alguna manera todos estamos atravesando ya las puertas de la vida adulta. Y yo creo que nos ha llegado la hora. 
Puede que piense esto porque sea muy dada a torcer el morro, se me caliente la sangre con la misma rapidez que una chispa hace saltarlo todo por los aires, tenga una paciencia selectiva o porque mi herencia me ha dado el temperamento de los leones del Athletic. Por el motivo que sea, yo creo que ha llegado la hora de cortar las cuerdas que mantienen a raya la esencia que hay en cada persona. Qué más da si sois creídos, gruñonas, superheroínas, cabezotas, guerreros, hiperactivas, orgullosos, entregadas, apasionados, curtidos, quejicas, descaradas, nobles, DIFERENTES ... si habéis nacido con el don de la palabra escrita, de la oratoria, con mano para la pintura, para diseñar interiores, para levantar edificios, para enseñar a generaciones venideras, para continuar y engrandecer el legado musical... ¿Que más da, sinceramente?

Me incomoda sobremanera conocer un millón de clones que carguen en su sistema operativo los comportamientos admitidos para según que situaciones. Que una cosa es ser diplomático y otra muy distinta es esto de lo que os hablo. Me encantaría conoceros de verdad, aunque fuese un primer vistazo. Así que a ello os animo. Atreveros a ser vosotros mismos, que siempre habrá personas como yo más que dispuestas a mantener una conversación distendida con la originalidad tan única que pocas veces permitís salir al exterior.

4/1/11

Loading 2011



Feliz año nuevo, queridos y queridas lectoras.

Ya era hora de que volviera a dejarme caer por estos lares... pero espero que comprendais que mi ausencia ha sido total y perfectamente excusable. Oh sí, ya lo creo. Cuando una mañana de navidad ves el último título para la PSP de la saga del Kingdom Hearts, un disco duro externo de 1 Terabyte y la primera temporada en DVD de QaF descansando plácidamente sobre el sofá... qué puedes hacer sino rendirte a sus encantos.

Bueno, hoy empiezo un nuevo hueco en mi archivo de entradas, entradas bajo el número del año que acabamos de comenzar. Como hacía en mis años mozos, voy a seguir planteándome el reto de superar el número de entradas que hice en todo el año pasado, que siempre me parecen pocas comparadas con el gran número de días que tiene un año. Este año, además, me gustaría también llevar una lista de los libros que leo, los videojuegos que juego, y los mangas y comics que descubro. Lo de la lista de libros lo comencé el año pasado por curiosidad, pero no es muy fiable, ya que, dependiendo de qué mosca me hubiese picado en el momento, incluía o descartaba mangas, comics y demás documentos que no encajaban exactamente en esa categoría. El total de libros leídos del año pasado fueron 22. No sé muy bien cómo tomarme esa cifra, pero como no la puedo cambiar creo que este año intentaré aspirar a una suma un poco más alta. Eso de una media de aproximadamente dos libros por mes me parece bastante baja.

En fin, tengo un par de historias más por completar en mi KH Birth by Sleep... y la PSP parece estar tirando inexorablemente de mí desde que me senté a redactar esta entrada, así que es muy posible que en breves vuelva a ella. Es un juego muy adictivo, especialmente adictivo porque me lo estoy pasando en el último nivel de dificultad y cada dos por tres tengo que parar a entrenar el personaje para que no me lo tumben al primer golpecito. Tengo la historia de Ventus completada y me muero por saber qué demonios ocurre con Terra y con Aqua ( ¿habéis adivinado ya el orden en el que me los estoy pasando?). Cuando lo complete muy probablemente le dedicaré unas cuantas líneas. Hasta entonces... ¡Felices fiestas!