4/4/10

Eterno e inmutable... ¡Ja!

-Creo que deberíamos cortar.
-... eres idiota.



La vida es un cambio constante. No hacemos otra cosa que transformarnos y evolucionar, crecer, madurar… todo es cambio. Cambios, cambios. No sé si odiarlos por romper con mi elaborada rutina y la paz de mi día a día o amarlos por no dejarme caer en el aburrimiento de una vida monótona y gris.
Desde hace algún tiempo estoy siendo consciente de los cambios que, voluntaria o involuntariamente, introduzco en mi vida. Obviamente sé que llevo cambiando desde que nací, pero ahora que soy consciente de mi existencia, también soy consciente de mis cambios. La verdad… quiero cambiar para siempre, diga lo que diga o me queje lo que me queje. Definitivamente, cambiar es bueno. Por lo menos, a mí me ha aportado experiencia y conocimiento, sensibilidad y algunas otras muchas capacidades. También me ha hecho desprenderme de otras, pero creo que si, en algún momento de mi vida, quisiera o necesitara recuperarlas, serían los propios cambios quienes me las devolviesen otra vez.
Tengo bastante claro lo que pienso respecto a los cambios y creo que los enfoco de una manera positiva. Sin embargo… hay un pequeño resquicio de duda en todo esto. Es algo que no sé cómo afrontar.

Cuando algo ha permanecido en tu vida mucho tiempo, algo que siempre has sido consciente de que está y hacia lo que no has dejado de experimentar sentimientos… llamémoslos satisfactorios, a lo largo del tiempo que te ha acompañado... ¿Qué ocurre cuando un cambio te lo arrebata? ¿Qué ocurre si eres tú quien propicia el cambio?
Para acotar un poco más, no es la “pequeña conciencia” que tienes acerca de tus manos, piernas, dedos (es obvio que los quieres/necesitas, pero yo no me besuqueo los dedos o las manos o los brazos y despliego todo mi amor –no en sentido romántico, simplemente amor- hacia ellos). A lo que yo me refiero, por ejemplo, es (por poner algo muy básico y muy claro) cuando un cambio te hace perder un ser humano. Ya sea un familiar, un amigo, un novio… etc. Como tampoco quiero divagar mucho, voy a ir directamente al grano y exponer mis preguntas. Para mí, el caso más fácil es cuando decides romper con tu pareja, así que en base a eso voy a lanzar la batería de interrogantes.

Cuando llevas mucho tiempo con otro ser humano, compartiendo un lazo que trasciende más allá del sexo, es muy difícil querer introducir por tu propia mano un cambio que afecte directamente a esta relación. Un cambio drástico, que implique el cese de la misma.
Y no lo entiendo. No entiendo el por qué.
Si bien es cierto que tenemos sentimientos y que podemos experimentar la tristeza, el abandono, la nostalgia, la lástima… también es cierto que tenemos un cerebro capaz de razonar y pensar que quizá la solución, por dolorosa que parezca, es lo mejor para ambos seres humanos. Los cambios que cada uno ha vivido han hecho que el nexo que les ataba a la otra persona se haya ido difuminando hasta desaparecer. Pero… los lazos que entablamos con los demás, por superficiales que sean, suelen ser complejos debido a nuestra naturaleza. ¿De verdad deberíamos dejar que nuestros lazos con el mundo desaparezcan? En cierto modo es una manera más de anclarte a la realidad. Gracias a esas otras personas, que a su vez también dependen de ti, estás fuera de tu propio mundo, fuera de tu propia realidad, entrando en la realidad colectiva.

¿Este tipo de cambios son inevitables? ¿Estamos condenados a contemplar como nuestros lazos se deshilachan con el tiempo? ¿Estamos condenados a precipitarnos sobre ellos con unas tijeras?


No me es difícil romper con las cosas. Pero me es muy difícil romper con seres humanos.
Tremendamente difícil. Tremendamente horrible y vacío.


__
Art by LuluBerylium

3 comentarios:

Aylos dijo...

Interesante entrada. Todo lo que comentas es evidente, y en concreto lo de que a la gente no le gustan los finales.

No obstante, y para variar un poco, pues ando por el camino contrario. Adoro los finales. De hecho me gustan tanto que considero la mejor parte de una relación cuando se decide terminar con ella. Tiene que ser una relación muy madura e importante como para poder decir "vale, hemos llegado al final". Y no hablamos de algo personal, del palo "estoy enfadado", no, simplemente comprendemos que "ya no damos más de nosotros mismos".

Y es que cuando conozco a una persona muy bien, comienzo a aburrirla. Por eso me pasa que, cuando comienzo a estar rodeado siempre de la misma gente, termino expulsándolos irremediablemente de mi vida. Me a pasado siempre y no me arrepiento de ello. Cuando terminé primaria despedí a unos 5-10 compañeros, al terminar la ESO a unos 20, al terminar bachillerato 50-60, luego me fui a hacer un grado en Barcelona y después de tres años despedí a 30-40 nuevos compañeros. Y en mi vida personal andamos por las mismas, hace 3 años tenía unos 700 contactos, hace un año tenía unos 100 y ahora tengo 23 y restando.

Las únicas personas que sobreviven a mi lado son aquellas que no andan demasiado cerca.

Además últimamente me gusta más hablar con desconocidos, porque al hablar con una persona que no te importa no sientes la necesidad de mentir u ocultar tu verdadera cara, y el hecho de saber que quizás no la volverás a ver nunca más te obliga a decir lo que realmente quieres, por miedo a no volver a tener una oportunidad.

La gente da valor a la amistad por el tiempo de su existencia, como si el hecho de tener un amigo desde hace 10 años simbolizara que ese amigo es mejor y por lo tanto no debe dejar de serlo. No, yo he tenido mejores amigos conocidos en pocos meses y amistades muy longevas alimentadas por una infeliz casualidad como pueda ser un centro de estudios.

Pero nos toca vivir esto... la gente quiere segundas, terceras y cuartas partes de las historias, todos quieren tener miles de amigos en su facebook, todos quieren vivir 80-100 o infinidad de años... nadie quiere aceptar el final, nadie quiere plantarse un día y decir “bien, ya e hecho todo lo que quería hacer, ahora puedo morir”. En cierto modo, yo tampoco puedo hacerlo (aún), pero deseo poder ser tan valiente como para lograrlo algún día. Y ya lo dije en una de mis primeras entradas en el blog “el dilema de Aquiles”: cuando nos plantean vivir muchos años sin sentido o vivir unos meses de gloria con una muerte segura al final, todos decidimos hacer lo que NO hizo el héroe. ¿Por qué? Porque somos reales, y Aquiles sólo era una fantasía...

Me estoy explayando tanto que parece que no quiera terminar, pero mira, pondré final ahora, porque si xd... un saludo

Niwa dijo...

Conoces mi opinión sobre cómo deberían ser las relaciones y mi (brillante) teoría sobre las conexiones. Cuando ese "algo" que une a dos personas, que las conecta, y en el que se basa su relación desaparece, la relación debería terminarse también o al menos cambiar. Intentar retener algo que ya no está ahi termina desembocando en daño para ambas partes, da igual que sea una relación de pareja, de amistad o de cualquier otra cosa.

Esto no significa romper con el mundo y romper con las personas. Con el tiempo cambias, conoces nuevas cosas, nuevas personas, que pueden llevarte lejos de lo que ya conocías. Puede que termines rompiendo con fragmentos de tu pasado, pero eso no significa perder u olvidar nada, lo que has vivido sigue ahí, simplemente decides vivir nuevas experiencias que pueden no incluir a las personas de siempre.

Yo creo que alargar una relación que ya ha perdido el sentido hasta que se desmorone por sí misma, hasta que caiga por su propio peso, puede significar un final mucho más definitivo que un cambio a tiempo.
Como tú misma dices, los cambios son buenos, significan crecer, cambiar y que no te estancas en el pasado, significan que sigues viviendo.

Toma una decisión y adelante con ella, no titubees a mitad de camino. Yo tengo confianza plena en tí, sé que puedes encontrar el momento y la forma adecuados para dar un cambio brusco a tu vida. Porque los pequeños cambios se producen solos, poco a poco, sin que apenas nos demos cuenta, pero somos nosotros mismos los que tenemos que decidir si dar un volantazo y empezar algo nuevo.

Mew dijo...

@Marc:
No.
Recurro a cualquier tipo de símbolo, a cualquier tipo de elemento o frase del lenguaje que implique negación. Es lo que quiero transmitirte, es lo que quiero que entiendas. Simplemente, No.
Yo no quiero terceras, cuartas o séptimas partes de películas o libros, no quiero pseudo-amigos en redes sociales, no quiero vivir para siempre… Pero, sobre todo, no quiero vivir mi vida únicamente para completar el maravilloso y fantástico “ciclo vital” que consiste en estudiar, casarte, trabajar, tener hijos y después sentarte a esperar la muerte. Que no, joder.
Quizá conozcas a mucha, muchísima gente que prefiera vivir una vida tranquila y sin sobresaltos y cuya ilusión sea llegar a formar una familia. Quizá esas personas sí que prefieran una larga existencia junto a sus seres queridos, su hogar, sus bienes materiales/inmateriales. Bueno, pues yo no. Yo sí querría ser la heroína de la fábula, del cuento, del videojuego, libro o película. ¿Por fama, por honor, por gloria, por ser recordada? De nuevo la respuesta es no. Es más sencillo que todo eso. Yo lo haría porque, ya que no he nacido con una misión que llevar a cabo (no tengo que atravesar tierras hostiles para destruir un anillo, buscar y pelear contra mi mejor amigo para evitar que la oscuridad le devore, recuperar mi cuerpo perdido durante un experimento de alquimia con el que buscaba devolver a mi madre a la vida…), querría hacer algo útil. Es decir… ¿Para qué hemos nacido si no? Y como supongo que ni tú ni nadie podrá (de momento) dar respuesta a esa pregunta… por ahora seguiré pensando que sería un auténtico “waste” quedarse simplemente de brazos cruzados esperando que te venga la iluminación repentina y consigas satisfacer esa… curiosidad.

@Niwa:
Tú juegas con ventaja, porque sabías perfectamente qué buscaba al hacer esta entrada. Creo que tienes razón. Mi vida no se va a desmoronar, mi realidad no va a caer hecha pedazos ni nada por el estilo, pero es que es innegable que voy a acabar con una parte importante de mi presente y mi pasado. A lo largo de estos años he ido cambiando mucho y estoy contenta… no me pensaría dos veces terminar por cortar el hilo de esta relación si no fuese porque sé que ello significa decir adiós para siempre, sin medias tintas. Y ya sabes que no por mi parte, que a mí me gustaría mantener el contacto, pero sinceramente… conozco muy bien cuál sería su reacción.
Quiero lanzarme a una nueva vida por completo, porque él es lo último que me ata a… no sé, al pasado. Y quiero romper con todo y vivir, vivir, vivir con todos vosotros y ser joven y largarnos por ahí de vacaciones, escaparnos y hacer todas esas cosas que ahora tocan y que queremos. Siento que necesito respirar. Pero es que todo se reduce a una mierda de sentimiento que ata, encadena, oprime…
Oh dios mío, años de reflexión para llegar a la conclusión de que todo tu raciocinio se va por la borda cuando te implicas con otros seres humanos. Pero no todo podían ser ventajas, ¿no?

Besos! <3