11/12/10

Here is your prize



Sin saber muy bien cómo ya ha llegado diciembre. Apenas me quedan dos clases a las que acudir y habrá terminado este primer cuatrimestre de mi recién empezado Grado en Ingeniería Informática. No es que haya sido un cuatrimestre muy cómodo, siempre estresada (a mí manera, todo sea dicho) con fechas límite y trabajos, siempre con mil ideas, retoques y mejoras rondándome la cabeza para algunos de los proyectos de programación, siempre inmersa en ese tira y afloja con la pereza y la vagancia que nacen de la desmotivación...
En fin, que este cuatrimestre ha significado un suspiro y ahora tengo en mi poder montañanas de información por procesar y comprender y muy poco tiempo para hacerlo.

A raíz de este último suceso he vuelto a reflexionar acerca de  un tema que tenía ya muy mascado. Desde que tuve uso de razón y a medida que pasaban los años e iba absorbiendo conocimiento con el que ir empapando esta esponja que tengo por cerebro, iba siendo cada vez más consciente de una dura realidad: la ignorancia. Paradójico que cuanto más conozcas más ignorante te pienses, pero no por ello menos cierto. Y, si mal no recuerdo, creo que mis palabras ya fueron enunciadas por Sócrates en su momento a través de la frase "Sólo sé que no sé nada".

El caso es que, viviendo en un barrio obrero durante toda mi vida, creo saber un poco, sino bastante, acerca de la ignorancia. He sido, y soy testigo todavía de hecho, de millones de patadas al diccionario, redacciones pésimas, de personas que defienden y repiten como loritos consignas acerca de las cuales no saben nada, del desprecio por la lectura y el conocimiento, de continuas cuestiones hacia el aprendizaje y todo el esfuerzo que conlleva... y un largo, largo etcétera.

¿Cómo afrontar esto? Porque parece que al llegar a una determinada edad te está vedado preguntar. Recuerdo que cuando era una niña y preguntaba el significado de palabras que no conocía o de cualquier otra cosa sobre la que no tuviera información alguien me lo explicaba detalladamente y las veces que hiciera falta. A día de hoy, que no soy ni por asomo el cúlmen de la inteligencia y el conocimiento, todavía hay muchísimas cosas que se me escapan, pero cuando las pregunto, tras la explicación siempre he de lidiar con el reproche o la mofa de turno. No importa, no voy a dejar de instruirme por tener que soportar unas cuantas pullas, pero pensad en toda la gente que aún tiene en su cabeza el miedo a lo que otros piensen de ellos. La gente que no lleva una camiseta porque ese año ese color no se lleva, o que se muerde la lengua por conservar unas cuantas amistades hipócritas. Llegará un día en el que no vuelvan a preguntar más, un día en el que el goteo de información se corte y sólo quede el silencio de los libros, manuales y otras obras de consulta para sus preguntas. Es triste, pero pocos se tomarán la molestia de aprender.

Y es que cada vez que alguien habla por hablar o critica SIN un mínimo de información acerca del tema que está tratando (información contrastable, por supuesto) y hace llegar al público sus palabras, ha de ser muy consciente de qué demonios es lo que está lanzando al aire para que otros lo miren. Depende de lo que haya dicho, eso puede explotar como una bomba o ser un simple avión de papel que pasa desapercibido. Y con esto no estoy diciendo que tener y expresar la opinión de cada uno sea malo, no. A lo que yo me refiero es que no hay que revestir las palabras con ese aura de magnanimidad y axioma incuestionable con el que a menudo se nos presentan. Porque, por desgracia, no todo el mundo ha podido acceder a una enseñanza primaria, secundaria o a estudios superiores. No sabemos hasta dónde llegaran las palabras que decís, que decimos, escribimos o publicamos, pero nuestra es la responsibilidad de todas y cada una de ellas. Influirán, o no, en el pensamiento de alguna persona, y el cambio que de ello derive puede convertirla en un ser más desgraciado o liberarla de alguna carga...

Joder, que a veces somos muy poco conscientes de lo manipulable que puede llegar a ser la mente humana. Tenedlo en cuenta, navegantes.



And here is your prize... "Fools rush in where angels fear to tread".

7 comentarios:

Charlie D. dijo...

Las palabras tienen poder, desde luego. Y yo siempre he pensado que hay que tener cuidado al utilizarlas porque, como tú ya has dicho, las palabras pueden incluso llegar a manipular mentes, o mover cosas dentro de las personas.

Me alegro también de que hayas disfrutado de este primer cuatrimestre... sí, yo me siento un poco como tú. Tanta información nueva, poco tiempo para metérmela en la cabeza... pero sin lugar a dudas he disfrutado, y eso es lo importante.

Las críticas son críticas, es verdad. Y aunque muchas veces se hacen sin fundamento... bueno. Hay cosas que yo podría argumentar cuidadosamente y con más o menos éxito (como por ejemplo, que el machismo es una de las peores discriminaciones hoy en día) pero otras que sencillamente, por mucho que lo intente... pues no (por ejemplo, me encanta una serie de anime que se llama Loveless, y no puedo decir por qué). Con esto quiero decir que siempre (y sobre todo cuando se trata de cuestiones artísticas) hay un factor puramente subjetivo que ni yo sabría definir. Puede que alguien intente venderme la Saga Crepúsculo con mil razones convincentes y creíbles, pero por alguna razón, soy incapaz de pasar de los tres primeros capítulos (y no es que me arrepienta por ello, como tampoco renegaría de gente a la que le guste). Por otro lado, yo puedo ensalzar la indudable genialidad de Poppy Z. Brite, escritora excéntrica de libros contra vampiros, pero soy consciente de que muchos acabarían asustados o directamente se reirían de mí (o me darían mil muestras de que los libros de esta mujer son producto de paranoias provocadas por las drogas). Pero, honestamente, me daría igual, porque cuando yo disfruto con algo artístico, no suelo tener la necesidad de compartirlo con otros. Obviamente, es agradable poder hablarlo y contrastar ideas, pero soy consciente de que cada uno tiene su opinión, con fundamento o sin él.

Claro que, concuerdo que no se puede criticar algo dejando nuestra postura como verdad absoluta. Ahí es dónde se ve el ego, el orgullo y el narcisismo. Hay que dejar espacio para las verdades de otros...

Mew dijo...

La verdad es que sé perfectamente que los seres humanos tenemos una opinión subjetiva y que juzgar las cosas es algo que "llevamos" dentro.
Ahora bien, ¿crees que eso es realmente un buen motivo de peso para continuar haciéndolo aún habiendo llegado a la edad adulta y teniendo algo más que ese aire juvenil rebelde en la sesera?

Mira, hace muchísimo tiempo tuve una pelea estúpida, pero realmente estúpida, con un amigo en el instituto. Fue una discusión tan insignificante que aún no me explico como se llegó a enterar mi profesora favorita de por aquella época, mi profesora de biología. El caso es que nos sentó a ambos en un aula vacía e hizo de mediadora... y, en mitad de la discusión con ella, nos dijo que quiénes éramos nosotros para juzgar nada, que quiénes eran las personas para juzgarse entre ellas sin tener ningún conocimiento de las vidas ajenas, de la situación, del pensamiento... de nada, de absolutamente nada.
Pues quieras o no, y aunque en su momento me pareciera una tontería, con el paso de los años me he dado cuenta de que había mucha razón en sus palabras.

Soy un ser humano y juzgo, ¿por qué no lo voy a reconocer? Cuando estoy con mis amigos, con mis compañeros de la uni, cuando estoy metida en el tejido de la sociedad juzgo y expreso mi opinión acerca de todo tipo de cosas. A veces hago críticas muy duras o paso completamente de algo que quizá merecería algún tipo de discusión, pero creéme que también intento moderar mi comportamiento y medir mis palabras. Por que al fin y al cabo es verdad... ¿quién soy yo para juzgar un libro, un videojuego, una película, un cómic, el trabajo de lengua de mi hermano pequeño? Realmente no soy nadie, no dispongo de todas las variables que contribuyeron a la formación de dicho elemento, así que ¿cómo demonios puedo juzgarlo y hacerme responsable de unas palabras sin soporte? En serio, Shikaru, tú que conoces el mundo de las palabras tan o mejor que yo, si fueras consciente de ello, ¿te harías responsable de unas palabras vacías?

En fin, sé que lo que digo no es algo que se vaya escuchando habitualmente por ahí y que probablemente muy poca gente comparta este punto de vista, pero, resumidamente, lo que vengo a decir es que cada vez que abrimos la boca para manifestar nuestro pensamiento subjetivo, primero, no hemos de hacerlo pasar por una verdad absoluta, y segundo, habremos de tener presente que nuestras palabras se habrán asentado sobre un terreno inestable.

Bueno, sólo por si acaso me voy a permitir hacer una aclaración. Me encanta que la gente piense y se forme su propia visión de la realidad, que cada cual vea el mundo a su manera y tenga una opinión personal. Realmente no intento disuadir a nadie para que deje de pensar o de opinar o de hacer todas esas cosas que contribuyen a formarnos como seres humanos, pero lo que sí que pretendo es que se tome conciencia y se sea responsable para con nuestras acciones no sólo físicas, sino también para con las que llevamos a cabo a través de las palabras.

Annell dijo...

Bueno, aunque Shikaru y tú estéis debatiendo sobre el poder de las críticas que se hacen (y que conste que yo soy muy dada a ello, a veces sin tener la suficiente información, como pudiste ver tú misma >x<), yo más bien le he estado dando vueltas al temor a preguntar.

Porque es cierto, oye, más de una vez me he quedado callada pensando "me voy a ver muy idiota si pregunto eso...". ¿Quién nos ha metido ese miedo? ¿Quién nos ha puesto, como tú dices, esa edad límite para preguntar todo lo que no sabes?

Lo peor es pensar que pobablemente esa edad límite me la haya impuesto yo misma. Ayer, por ejemplo, estaba estudiando Arte y fui a preguntarle una duda sobre la religión a mi madre. A mis profesores también puedo preguntarles lo que sea, que me responderán encantados. Creo que ha sido mi miedo a quedar como una "ignorante" lo que me ha dejado como tal.

Habrá que sacarse ese miedo de raíz!

Mew dijo...

Totalmente cierto, totalmente. Es ese miedo al "qué pensarán de mí por no saber X a mi edad" lo que nos echa para atrás y nos impide seguir aprendiendo.
Lo que más me asombra es, en mi caso por lo menos, que cada vez que intento informarme acerca de lo que no conozco a través de mis padres, la mayoría de las veces sean ellos mismos quienes se "burlen" de ello. ¡Pero si es lo más contraproducente!

Ah, de verdad, a veces no entiendo a las personas...

Charlie D. dijo...

Bueno, Mew, por un lado tienes razón. ¿Quienes somos para juzgar? Aquí yo respiro profundamente y soy consciente de que no somos nadie. Nadie para decir que esto es blanco o esto negro.

Pero es que una cosa es juzgar a una persona y otra juzgar un producto artístico. Quiero decir, cuando leo un libro, veo una peli, escucho una música... a veces me gusta y a veces no, no puedo evitarlo y no es que quiera juzgar... simplemente es un sentimiento que, por supuesto, no tiene nada de objetivo. Otras veces, cuando algo me gusta mucho, mucho, pues a lo mejor hago una entrada en mi blog que lo ensalce. (Como ya hice una vez). Criticar negativamente es algo que hago bastante menos, tal vez por aburrimiento (no me suele seducir, si algo no me gusta, paso a otra cosa y punto). Pero claro, yo no soy (siguiendo este ejemplo) una entendida de cine ni mucho menos; no he participado en ninguna película, ni las he dirigido... etc. ¿Y por eso ya no puedo juzgar? Mmmmm. No sé. Si todos tuviéramos que ser entendidos de algo para juzgarlo bueno o malo, sería un gran problema, la verdad. Y algo narcisista pretender que que yo sé de letras porque estudio letras y tu de informática y ninguna podemos decir nada sobre el asunto de la otra... Aburrido y sigo sin verle mucho sentido. Una opinión interesante siempre abre puertas, venga de donde venga. Mientras que una crítica mala es mejor ignorarla (te la diga tu vecino o la máxima eminencia en el asunto en cuestión).

Y por otro lado, como tú misma dijiste, cuando un producto artístico se "muestra al mundo" entonces ya no es tanto del autor, también toca algo del público. Porque no hay artista sin público. El arte tiene la misión de mover cosas dentro de las personas... y los artistas, como ya he dicho, existimos (en parte) gracias a otras personas, porque el arte (al menos en mí) nace de una necesidad de comunicación con otros. Y si ofreces algo al mundo, tienes que entender que va a haber gente que lo va a odiar, gente que va a ignorarlo y gente que lo va a amar. Así de sencillo.

Mira, honestamente, las críticas sin fundamento no es lo que más me gusta leer, ni apoyo a que todo el mundo las haga destajo. Pero tampoco privaría a la gente de expresar su opinión de manera tajante, ni sus críticas (críticas dirigidas a objetos artísticos como libros, pelis... etc. con personas y otros asuntos ya es otra cosa) porque entonces creo que las estaría juzgando, y así caería en mi propia trampa.

Ningún extremo es bueno. Yo prefiero intentar ir por el camino del medio, en silencio y con una sonrisa. (Aunque lo sé, es de todo menos fácil... jejejeje).

Mew dijo...

Joder, pero yo no soy tan radical. No estoy pidiéndole a nadie que contenga el pensamiento que le asalta mientras lee un libro o contempla un cuadro o escucha una pieza musical. Tampoco estoy diciendo que no se pueda opinar de una expresión artística, que no se pueda tocar con una crítica, o juzgar, o como quieras llamarlo.

Como tú bien dices, una opinión interesante siempre es bien recibida. Cuando alguien se toma la molestia de, pese a no saber mucho respecto al tema, hacer un análisis en el que exprese su opinión, bienvenido sea. Pero cuando a alguien se la repanpinfla y expresa su opinión de una manera destructiva, canalizando sus sentimientos de "odio", "furia" para atentar contra esa manifestación artística... pues, qué quieres, a mí son cosas que no me hacen ninguna gracia. Y con esto no quiero conseguir PROHIBIR que esa persona exprese su opinión, por destructiva que sea, sino CONCIENCIARLA antes de que llegue a ocurrir para, de alguna manera, poder evitarlo.
Pero sí, tienes razón, es muy difícil ir siempre siguiendo la línea del camino del medio.

A ver, si es que yo creo que en el fondo estamos diciendo lo mismo pero no dejamos de darnos la réplica la una a la otra... Y, por la parte que me toca, ruego disculpes a esta vena respondona cortesía del poco contacto que tengo con Shinichi desde hace tiempo. Preveo ponerle remedio pronto.

Nos vemos!

Charlie D. dijo...

Sí, las críticas destructivas no son plato de buen gusto para nadie. Por ejemplo, mi lema como escritora es: CRITICA DESTRUCTIVAMENTE MI OBRA Y TE MATO. (A veces se me va la mano y acabo matando al que critica mi obra, sin pararme a pensar si la crítica era destructiva o constructiva... y entonces, claro, llega el arrepentimiento. Claro que para esos casos también tengo un lema, SIEMPRE PUEDES IR A PONERLE FLORES A LA TUMBA).

XDDDDDDDDDDDDDDD

Nah, ahora en serio. Que lo que todos necesitamos es relax y alguna manera de descargar todo el estrés de los malditos exámenes. Como ya te he comentado en otro post... jugar al rol es muy, pero que muy sano en estos casos...

Suerte con todo, and may the force be with you x)


(Y si no te acuerdas de Daenerys, que iba conquistando el mundo ella solita... pues eso, que tú puedes).