21/8/09

Change


SPOILERS -O al menos creo que podrían considerarse como tales-
Leeis bajo vuestra propia responsabilidad.


Mármol blanco y sin mácula se extendía por toda la sala. El pasillo, al fondo, largo e imponente por su altura, prometía revelar un valioso secreto al que tuviera el coraje de perderse en su espesura. En algún punto de su superficie las paredes de cristal dejaban a un lado su transparencia, y, con ella, su capacidad para filtrar luz.
Sin luz lo único que quedaba era oscuridad.

Sora sujetó con fuerza la Keyblade. Sus piernas, una vez más, respondieron a sus deseos y avanzaron hacia el lóbrego túnel; cortos pasitos que se convirtieron en el principio de una desenfrenada carrera.
A medida que la luz abandonaba su cuerpo y el de sus compañeros, y un grito henchido de angustia y esperanza desgarraba su garganta, los Sincorazón se prepararon para hacer su aparición. Las sombras vomitaban sus formas y ellas mismas las amortajaban tras haber sentido el poder de la Keyblade. El arma que canalizaba el corazón de Sora daba bandazos en todas direcciones, ávida por consumir las tinieblas y descubrir qué ocultaba la puerta que, levemente, alcanzaba a vislumbrar su portador.
El sudor resbalaba por las sienes del elegido mientras ejecutaba sincronizadas espirales junto a su preciada amiga. Los enemigos estallaban en nubes negras dejando su fuerza vital y su magia tras de sí. Sora saltaba y hacía uso de todas las superficies sobre las que podía apoyarse. Donald se empleaba a fondo, echando un ojo a la salud de su distraído compañero, que ahora se valía de las paredes para rematar a más de un enemigo por turno, y ejecutando ofensiva magia avanzada contra el rival. Ambos aprovechaban para ganar terreno cuando Goofy ponía en práctica sus técnicas de demolición con el escudo.

Finalmente, las sombras dejaron de resquebrajar su tejido, carentes de efectivos que enviar a combate. Apenas un par de segundos para respirar se permitió el joven de corazón luminoso antes de volver a lanzarse a la carrera contra la puerta blanca. Puerta alta y de aspecto frágil.

Las pisadas de Sora, sobre aquel suelo de mármol blanco, sonaban como el retumbar de un hueso sobre otro.
El elegido frenó en seco, deteniendo la reproducción del sonido de forma repentina. Su agitada respiración y sus jadeos hicieron de sustitos.
Después, sin el arma a la vista, estiró la mano y empujó la puerta.
Se abrió deslumbrándole. La luz escapaba desesperada hasta por el más mínimo resquicio. Su corazón, ignorante, se regocijó bombeando sangre más rápidamente.

Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, que había perdido intensidad, permitió que su mirada enfocase la estancia. Una pequeña sala brillante con una chica inclinada sobre un cuaderno.

¡Kairi!

Sus ojos se abrieron como platos y su boca se curvó en un gesto de sorpresa imperceptible cuando la muchacha rubia alzó la cabeza. Miró alternativamente al cuaderno y a Sora.
Fue entonces cuando el portador de la Keyblade aprendió que la oscuridad también puede estar sepultada bajo una capa cegadora de luz.
Una jaula como una pompa de jabón, con la resistencia del diamante y forma de flor, envolvió su cuerpo sin darle tiempo a sacar el arma y defenderse. La joven, pequeñita e inocente en apariencia, murmuró unas palabras mientras aquella jaula le comprimía.
Sora vio su dibujo. Se vio a si mismo encerrado.

Se hundió. Las fuerzas abandonaron sus extremidades y se dejó caer. Su cuerpo dejó de responder. Lo único que seguía funcionando era su mente. Una mente que sólo podía repasar los mundos en los que había estado, las cerraduras que había sellado, los malvados a los que había abatido... todos los sucesos que conformaban aquella estúpida misión que le había sido automáticamente encomendada al resultar el legitimo portador de la Keyblade. Todos sus logros se los había llevado la oscuridad.
Todo el tiempo, el esfuerzo... todas sus lágrimas, su esperanza, su fe, su fuerza de voluntad...
El incorpóreo...
Él había sentido a Kairi...

Kairi...

¿... Dónde estás?




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Hace unas horas, mientras buceaba por la red en busca de música, me he ido a encontrar con una de las previews del Kingdom Hearts II (y del III también). El caso es que, como aún estoy pasándome el KH I y sólo tengo una ligera de por donde van a ir los tiros, no he podido resistirme a hacer esto.
¿El qué?
Imaginar...
En la preview, uno de los pasajes que te enseñan es precisamente el que he descrito en esta especie de Fanfic de KH. Supongo que todos aquellos que os hayais pasado el II sabreis lo desencaminada (¡o no!) que ando, pero es la impresión que me ha transmitido ese trocito de juego. Desasosiego y angustia sobre todo para el pobre Sora, aunque he suavizado un poco ese sentimiento tan heavy que he tenido al contemplarlo. Censura, censura...
La imagen es una pasada. Es el outfit que más me gusta de todos los que ha tenido Sora. Una pena que sólo se lo ponga en Hallowen Town, porque con él le hace competencia a Riku (al menos en este juego sí, no hablemos de vendas y de capas que eso viene más adelante...)
Uff ha sido tan adictivo y estimulante jugar con el chico así vestido que me he pasado el mundo enseguida. ¡Una pena, buaah!

Por cierto, creo que no hay ningún spoiler en el fic, pero... por si acaso lo he puesto. Ya que menciono la desconocida (no para mí, la señorita-hazme-spoilers-que-soy-masoquista) palabra "incorpóreo" y no quiero que tengamos conflictos por leer cosas horribles que susciten vuestro odio y cólera contra mí.

Si es que en el fondo soy un trocito de pan...




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